Melocotón

Melocotón

“Prunus Pérsica” 

Árbol procedente de oriente que los romanos  trajeron a estas tierras y que da como fruto lo que conocemos como melocotón o durazno (en Sudamérica). De piel aterciopelada, es un fruto jugoso de pulpa amarillenta o blanquecina con un tono ligeramente ácido. Los de Calanda (Aragón) algo más tardíos, pierden el punto ácido para incrementar el dulzor de su pulpa.

Yo lo tomo crudo, pero en macedonia de frutas y sobre todo en almíbar está riquísimo. Si los prefieres, también están secos (orejones) y son ideales para postres. 

Propiedades

       La propiedad más significativa del melocotón es su gran aporte de betacaroteno, convirtiéndolo en un gran aliado para la vista, así como un alto nivel de vitamina C y E. Aporta potasio, lo que le convierte en un buen diurético y un gran aliado para combatir las piedras en el riñón y hierro, fundamental para combatir la anemia.

      También tiene un porcentaje de fibra suficiente, soluble la mayoría de ella, que mantiene los niveles de colesterol y tiene poder laxante, favoreciendo el crecimiento de nuestra flora intestinal,  así como un buen calmante del sistema nervioso por su aporte de vitamina B.

            Su valor calórico es muy bajo, un 35%.

Usos en cocina

            Producto de temporada, entre primavera y otoño, mi recomendación de consumo es la de tomarlo crudo por su pulpa delicada cargada de un zumo dulce con un punto ácido muy agradable.

       También se utilizan en ensaladas, aunque en macedonias quedan geniales. En almíbar, riquísimo por sí solos, aunque pierde vitaminas y gana en calorías. Secos, conocidos como orejones, son ideales para preparar postres y muy utilizados en la comida árabe, sobre todo en los famosos tajines. Y en batidos, mezclados con helado de vainilla o con otras frutas son perfectos.